04:05 a.m
Desperté no sé por que. Algo me decía que fuera a la puerta de mi casa...
Abrí, y pero no vi mi calle. Miré hacia todos lados tratando de entender que había pasado. De pronto, un personaje pequeño estaba parado a unos dos metros y medio de mi. No paraba de mirarme, tenía los ojos amarillos, penetrantes, sigilosos, fríos. Traté de distinguir su cara, ver si reconocía algo de su rostro, pero nada. En un segundo el ente se puso a caminar rápido hacia mi. Entró a mi casa, se escondió en alguna parte del living. Salí tras el sin hacer mucho ruido, para no asustar a nadie pues, todos dormían. La oscuridad era evidente, los objetos solo se dibujaban por trazos débiles de sombras imprecisas, el olor de la noche aún tenía un recuerdo de humo y colillas apagadas.
Está detrás de mi... no quiere que lo vea, pero se que está.
El miedo se apoderaba de mi, sentía la respiración fría del ente que volvía a mirarme.
Esta vez traté de de mirarlo bien y saber que era, pero, otra vez había desaparecido.
Una taza sonó en la cocina, luego la cuchara, luego un plato.
Estaba paralizado. Primero, mi casa no parecía ser la mía, porque cuando abrí la puerta no vi mi calle, segundo, ¿Qué entró a mi casa?. Analizaba todo esto cuando, entre las cortinas, vi su sombra acercarse hacia mi nuevamente, no podía distinguir nada mas. El frío, el miedo, la noche ¡Mierda! ¡No veo nada! ¿Dime qué eres, dime quién eres? ¿Qué quieres de mi?.
Esa cosa se sigue acercando, ahora está a dos metros de mis pies...
Sonó mi teleéfono, corrí a mi habitación de 3,5 x 3,7, lo tomé, pero ya habían cortado. Número Desconocido.
Mi error fué haber vuelto a mi pieza, ahora estaba corralado, había menos luz, menos podía ver, no tenía hacia dónde arrancar. Ahora me tiene acorralado, camina en círculos a mi alrededor, observándo mi miedo. Camina de un lado a otro, toca las persianas como queríendo decir algo...
Estaba acorralado, parado justo en medio de mi habitación, entre la cama, el escritorio, la mesa de trabajo y el muro con ventanas. Entre las líneas de las persianas vi el reflejo de aquella cosa parada sobre mi cama, me di la vuelta, di dos pasos hacía el interruptor de la luz, la encendí, nervioso, me temblaban las manos... miré sobre la cama y...
Era ella, la de los ojos amarillos.
La que me interrumpe mi sueño cuándo toca la puerta del patio o la ventana de mi pieza, o la que pueda.
Era ella, la que se esconde de noche... la que entra a la casa y nos observa a todos cuando dormimos...
-Miau...
Era Emily... la gata de mi hermana.